¿Alguna vez has oído hablar de “los terribles dos años”? Es una expresión muy utilizada para referirnos a cambios de conducta bruscos e impredecibles en nuestros hijos a esa edad. Suelen ser comportamientos desafiantes que tienen que ver con el inicio de la etapa de desarrollo de identidad e independencia del niño.
¿Quieres conocer más sobre el tema? ¡Sigue leyendo!
¿Qué pasa en el cerebro de un niño a los dos años?
Alrededor de los dos años el cerebro está en plena especialización y se produce lo que se llama poda neuronal. Este término hace referencia a lo que ocurre cuando podamos un árbol: aquellas conexiones neuronales que no se usan desaparecen, mientras que el resto se especializan.
Todo esto hace que el cerebro de un niño de dos años sea un caos. Por eso pueden aparecer comportamientos inadecuados. Estos, lejos de ser premeditados o hechos para “fastidiar”, son un simple reflejo del estado de su cerebro.
¿Cuáles son los comportamientos más habituales en los terribles dos años?
Cuando se acercan los dos años podemos ver algunos cambios en el comportamiento de nuestros peques que no siempre son fáciles de llevar. Puede que te resulten familiares las siguientes situaciones:
- Rabietas: ese gran enfado, lleno de intensidad, en el que es imposible hacerle entrar en razón.
Todo va bien hasta que de repente… ¡boom! En ocasiones aparecen enfados que para nosotros no tienen ningún sentido, pero seguro que para el peque sí que ha habido un motivo. - Conductas más agresivas como pegar, morder o arañar. No quiere decir que el niño sea agresivo, sino que es tal su enfado, que su manera de expresarlo es desproporcionada. Hay que entender que todavía son pequeños y que sus habilidades comunicativas aún están del todo desarrolladas. Son reacciones que necesitan una gran capacidad de inhibición, y los niños de dos años todavía no la tienen. De hecho, hay adultos que pueden tener una primera reacción más brusca, como pegar un puñetazo sobre la mesa o dar un portazo.
- El “No”. Antes de preguntarle algo, ya lo tiene preparado: ¡No! Pero ¿qué hay detrás de ese “no”? Alrededor de los dos años, los peques entran en una etapa de necesidad de reafirmar su identidad y desarrollar su personalidad. Buscan sentir su poder de decisión frente a las peticiones de los adultos.
- Hacen lo contrario de lo que les pedimos. Es una conducta que va muy ligada a la explicación anterior. Los niños de esta edad quieren hacerlo todo solos y no depender del adulto.
Cómo podemos apoyar a nuestros hijos durante conductas desafiantes
Lo primero y más importante: ¡mucha, mucha paciencia!
A nivel práctico te ofrecemos las siguientes recomendaciones para manejar de forma adecuada los momentos desafiantes de tu hijo o hija:
Antes de producirse:
- Límites y normas. En el día a día es aconsejable ir explicándole al peque las normas que tenemos en casa. Por ejemplo, si cuando estamos jugando con nuestro hijo nos quita algo de las manos, le recordamos que hay que pedirlo y así puede expresar su deseo de querer tenerlo.
- Crear rutinas. Anticipar lo que se va a hacer durante el día genera seguridad en los niños. No podemos predecir todo lo que va a pasar pero si ir recordándoles lo que haremos después.
Mientras se producen:
- Mantén la calma. Entrar en una discusión con tu peque no va a solucionar nada.
- Háblale con tranquilidad pero con firmeza. Es un momento en el que necesita seguridad, así que verte sosegado le ayudará. Esto no quiere decir que no tengamos que poner límites.
Hay que ser conscientes de que gran parte del trabajo es del adulto, no podemos culpar al niño por estar pasando por un proceso de desarrollo. Hay que cultivar la paciencia, empatía, comprensión y cariño. Acompañemos a nuestros peques con respeto y determinación.
Si tienes dudas o quieres nuestro asesoramiento, ¡ponte en contacto con nuestra escuela infantil!