En la primera mitad del siglo XIX algunos profesionales de la educación y de la salud infantil plantearon pedagogías alternativas a las que se estaban aplicando en las escuelas. Quizá María Montessori es la más conocida. Pero Emmi Pikler y Loris Malaguzzi también propusieron métodos innovadores para mejorar el desarrollo y el aprendizaje de los niños.
Y es que el sistema de educación tradicional se ha empeñado en utilizar un modelo de transmisión de conocimientos. En este modelo, el profesor es el que expone la información (“enseña”) para que los alumnos “aprendan”. Además, la información se transmite por igual a un colectivo de alumnos sin tener en cuenta las individualidades.
Montessori, Pikler y Malaguzzi dieron la vuelta a esa visión más unidireccional de la educación y dieron más autonomía al alumno para ser el protagonista de su propio aprendizaje. El educador pasa a ser un guía para facilitar el aprendizaje y no un mero transmisor de conocimientos.
Vamos a exponer en pequeñas pinceladas qué nos ofrecen estas tres metodologías. ¿Nos acompañas?
El método Montessori
María Montessori (1870-1952) fue una médica y pedagoga italiana. Los dos años que atendió a niños con problemas de desarrollo (1898-1900) fue el punto de partida para crear su método. Descubrió que todos los niños con dificultades para el aprendizaje también pueden desarrollar sus potencialidades.
Algunos de sus principios metodológicos para aplicar en los peques son:
- Realizar actividades que tengan un propósito.
- Dar libertad para elegir la actividad que más interese.
- Utilizar la repetición de los ejercicios (con propósito y sentido para los niños) con el fin de reforzar los aprendizajes.
- Respetar su autonomía para fortalecer su sentido de la dignidad personal.
- Evitar los premios y los castigos. Han de trabajar guiados por su propia satisfacción.
- Aprovechar el interés por el orden externo en los pequeños para reforzar el interno.
- Respetar el silencio. Este es el resultado de la concentración espontánea.
- Evitar las correcciones (“esto está bien”, “esto está mal”) y fomentar su autodisciplina (que ellos mismos identifiquen sus aciertos y errores).
- Respetar el ritmo individual y atender las necesidades e intereses de cada uno/a.
- Durante sus dos primeros años los niños absorben de manera inconsciente y sin esfuerzo cualquier sonido, gesto y palabra que intentarán reproducir. Es crucial contestar a sus intentos de comunicarse de forma natural para animarlos a seguir hablando. Este momento es el que María Montessori denomina explosión del lenguaje.
No me sigan a mí, sigan al niño.
María Montessori
La teoría del movimiento libre de Pikler
Emmi Pikler (1902-1984) fue pediatra húngara que dirigió el orfanato Lóczy en Budapest. Su visión de la crianza se basaba en dos pilares:
- Creación de vínculos afectivos con los cuidadores
- La no intervención del adulto en el desarrollo psicomotriz de los niños.
Principios básicos de la metodología de Pikler
La actividad autónoma y el movimiento libre
Pikler observó que los bebés adoptaban de forma innata posturas para preparse a caminar erguidos. Así que considera que no debe haber ninguna intervención del adulto que acelere el desarrollo psicomotriz de los peques. Ni tumbarlos boca abajo, ni incitarles a gatear, ni sentarlos antes de que puedan hacerlo por sí mismos, ni ponerlos de pie o darles la mano para invitarlos a caminar.
Pikler coloca a los bebés tumbados boca arriba para que desde esa posición pasen a tumbarse boca abajo, gatear, sentarse y caminar.
Respeto y apego en los cuidados
Para Pikler es muy importante crear una relación basada en el respeto hacia los niños, sus necesidades y sus ritmos. Con ello se logra generar confianza, y la mejor herramienta para lograrla es hablar con los bebés y anticiparles siempre lo que vamos a hacer con ellos. Por ejemplo, si vamos a limpiarles la boca, avisaremos primero y lo haremos con cuidado y cariño.
La importancia de la salud física y el juego
A través del juego libre los peques exploran el entorno. Para facilitar sus descubrimientos eso se les proporcionan juegos y materiales que no sean demasiado sofisticados ni estructurados. Así podrán encontrar múltiples maneras de uso y juego.
Beneficios del movimiento libre:
Según Emmi Pikler, al no intervenir en el desarrollo natural de los niños y, por el contrario, al impulsar su autonomía conseguimos:
- Un desarrollo psicomotriz natural.
- Una mayor conciencia corporal y de las capacidades motrices.
- Que se desarrollen a su ritmo, sin forzar etapas. Esto mejora la confianza y seguridad en sí mismos
- Una mayor creatividad gracias al juego libre, sin normas ni exigencias.
Intentar enseñar a un niño algo que puede aprender por sí mismo no sólo es inútil, sino también perjudicial.
Emmi Pikler
La pedagogía Reggio-Emilia
Loris Malaguzzi (1920-1994) fue el pedagogo italiano que impulsó la metodología Reggio- Emilia.
En el marco de una devastadora Segunda Guerra Mundial, Malaguzzi se interesó por un movimiento comunitario que quería reforzar los valores humanitarios a través de las escuelas. Este movimiento fue iniciado por un grupo de familias y maestros del municipio italiano de Reggio-Emilia que estaban descontentos con la forma que tenía el ser humano de resolver los conflictos: con las armas. Loris Malaguzzi acabó uniéndose y se convirtió en su máximo portavoz. Consiguió agitar la consciencia de la sociedad, incluso a nivel de instituciones políticas.
Para Malaguzzi, el entorno es muy importante. Se cuida la distribución del espacio, iluminación y materiales para que los peques puedan desarrollar sus capacidades y construir su propio conocimiento.
Algunos de los aspectos característicos de la metodología Reggio-Emilia son:
- Se valoran los diferentes lenguajes de los niños. Además del hablado, existen otros lenguajes como lenguaje del dibujo, el del movimiento, el de la música, el lenguaje de la arcilla, el matemático o el científico. Todos estos lenguajes ayudan a los peques a construir sus propios pensamientos.
- La escucha y el respeto son fundamentales.
- La participación de las familias en la vida escolar.
- Valorar las emociones de los peques y dejar que puedan vivenciarlas de forma natural.
- Realizar propuestas donde los niños puedan experimentar libremente.
- Utilizar espacios en el exterior para que los niños tengan contacto con la naturaleza. (huertos, areneros…).
Una escuela debe ser un lugar para todos los niños, no basada en la idea de que todos son iguales, sino que todos son diferentes.
Loris Malaguzzi
En enDARA nos apoyamos en estas pedagogías para ofrecer a los peques un ambiente que promueva su autonomía, les permita experimentar y moverse libremente. ¿Quieres conocer nuestra escuela infantil?